sábado, 15 de agosto de 2009

La Pediatría


Un médico con ganas de ayudar a su paciente tiene que volverse de alguna manera un detective. Debe investigar cada detalle sobre la salud y situación de sus pacientes para poderle brindar una mejor atención y un diagnóstico más acertado. Al tratar con un adulto, es fácil recibir respuestas precisas sobre el sentir y percibir del paciente. Pero no es así con un niño y menos aún con un bebé. No. En el niño es donde realmente se ejercita el ojo clínico y donde se plantea un reto diagnóstico más difícil para el médico. El niño no te dice muchas veces lo que siente, y debes ejercitarte para detectar a simple vista lo que te interesa conocer. Y como todo lo que cuesta tiene una gratificación, no hay nada como ver a un paciente pediátrico recuperarse después de haber estado enfermo y que aún sin palabras precisas te haga sentir ese agradecimiento que solo una mirada sincera es capaz de brindar. Por eso pienso que la pediatría es una rama de la medicina apasionante que nos permite ayudar a los que más necesitan de aquellos que, a pesar de todo, reciben mucho más de lo que entregan.

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